El objetivo de esta guía es conseguir que todas las personas que viven en la ciudad puedan disfrutar de ella en igualdad de oportunidades, ayudando a los equipos técnicos que la desarrollan a identificar y corregir aquellos aspectos que no permitan que todos y todas nos sintamos parte de ella.
Para poder alcanzar este propósito, es necesario favorecer las relaciones personales entre los habitantes y entre estos y el entorno en el que viven creando espacios seguros, mejorando la comodidad para su uso y ofreciendo alternativas que generen bienestar. Desde esta guía, se proponen pautas que transformen los entornos urbanos para conseguir que la ciudad sea un lugar inclusivo, accesible y amable. Al mismo tiempo, ofrece una serie de indicaciones para facilitar a los equipos técnicos la incorporación de la igualdad en todas las fases de redacción del planeamiento, desde el documento de información y diagnóstico hasta la propia ordenación.
En conclusión se busca, ejercer una labor transformadora sobre la ciudad, y, a su vez, una labor didáctica sobre la sociedad, mostrando otra manera de observar, entender y vivir la ciudad, dándole visibilidad a la necesidad de igualdad en el ámbito de la ordenación urbanística y de la arquitectura. En el primer caso, es una labor sobre el equipo técnico que desarrolla el planeamiento y, en el segundo caso, es una labor sobre los ciudadanos y las ciudadanas.
¿ QUÉ ES EL URBANISMO EN IGUALDAD?
Es un urbanismo que pretende crear ciudades para que todas las personas puedan disfrutar de ellas, sin atender a género, edad o condición física. Para atender a esta cuestión, parte de la base de que las necesidades de los ciudadanos y de las ciudadanas vienen determinadas por muchos factores, teniendo como objetivo claro que, para diseñar espacios en la ciudad ajustados a la sociedad actual es importante tener en cuenta quiénes son las personas que la usan, cuáles son sus hábitos, de qué manera la viven y qué papel desarrollan en ella.
En la actualidad, los hombres y las mujeres están cada vez más equiparados en derechos y tienden a llevar vidas más semejantes, combinando trabajo fuera de la casa(trabajo productivo) y responsabilidad doméstica y familiar en los cuidados y responsabilidad social y personal (trabajo reproductivo). Los niños y niñas se consideran, asimismo, como parte de la sociedad con derecho a la ciudad; las personas de edad avanzada, que antes no encontraban su lugar en una ciudad cada vez más rápida y agresiva, actualmente constituyen un grupo elevado e influyente que demanda insistentemente servicios, autonomía y facilidad para vivir dignamente su vejez; y las personas con diversidad funcional, requieren que la ciudad tenga una conformación y disposición determinada que les facilite hacer uso de ella.